Pocos cineastas tan coherentes y comprometidos como Robert Guédiguian. Su activismo y su mirada social y de izquierdas se acaba colando en todas sus películas. A veces de forma más sutil, otras de manera frontal y sin ambages. Filmes que son un puñetazo en la cara burguesa de occidente. Es el caso de Mali Twist, donde el autor de Marius y Jeannette o Mi padre es ingeniero pone su mirada en la Mali postcolonial de los años 60, en plena revolución socialista y el momento de estallido de libertad de los jóvenes de Bamako, que descubren el baile y el gozo mientras sueñan con la renovación política.